miércoles, 29 de abril de 2009

Medicinas a precio de oro













Este blog ha sido vocero ya de algunas de las “miserias” por las que atraviesan buena parte de las familias de la Barra do Ceará. Ya sabemos que la pobreza nunca camina sola y que lleva siempre de la mano al hambre, a la ignorancia, a la injusticia… y casi siempre a la enfermedad.

Las favelas de la Barra de Ceará están llenas de niños desnutridos y enfermos. La mayoría de las veces son enfermedades que con un tratamiento a tiempo carecerían de importancia: catarros, neumonías, asma, anemia, infecciones de la piel, gastroenteritis, conjuntivitis estacional, etc.
En los países del “primer mundo” apenas aparecer los síntomas fijaríamos una consulta con el médico de familia, via teléfono o internet , o nos iríamos con el niño hasta el “cercano” Centro de salud del Insalud. La atención sería casi inmediata y de calidad, y una vez con la prescripción en la farmacia nos cobrarían tan solo el 40% del valor del medicamento.
Ahora, dejemos de soñár; volvemos para la Barra do Ceará. Encontramos familias numerosas viviendo en casas de cartón y maderas, con suelo de arena. La suciedad natural, la falta de higiene, los excrementos de animales, las lluvias torrenciales… convierten esos lugares en viveros para las bacterias. Los niños caen víctimas de la fiebre consecuencia de las neumonías. El Centro de salud está abarrotado. Hay que llegar muy pronto para coger número porque sino no te atienden. Aunque la palabra “atender” parece casi una hironía. En el mejor de los casos la madre sufrida saldrá de allí con su hijo en brazos y una receta en la mano.
¿Y ahora? ¿Cómo conseguir las medicinas? El precio de los dos o tres medicamentos que el médico ha prescrito pueden llegar a suponer ¼ del salario mesual. ¡Imposible de comprar! El Gobierno dispone de un plan de ayuda llamado “farmacia popular” donde 100 medicamentos son ofrecidos por un 15% de su valor en la farmacia privada. Hasta aquí todo bien, sólo que muchos médicos procuran recetar otros medicamentos que no están incluidos en los cien, con marcas y presentaciones diferentes. Además la “farmacia popular” más cercana está a 15km de la Barra do Ceará.
Imaginaos la desesperación de los padres viendo a sus hijos con fiebre, vómitos, la piel pudriéndose… y no poder hacer nada por ellos.
Hace algo más de un año que creamos en la Barra do Ceará el proyecto “Crecer con salud”. Uno de sus objetivos es la intervención en el campo de la salud: que a ningún niño pobre le falte la medicina necesaria para curarse.
Obtener recursos no siempre es fácil. Además, las medicinas son muy caras; las empresas farmaceúticas internacionales las comercializan a precio del primer mundo, lo que hace que estén disponibles solo para la clase media y alta. En los últimos viajes de España a Brasil los amigos de Getafe nos han facilitado algunas medicinas que han sido providenciales.
Casi tan difícil como conseguir todas las medicinas que nos solicitan es explicar a las madres -muchas de ellas analfabetas- cómo tienen que administrarlas.
Nos sentimos contentos de las ayudas prestadas durante este año; ha sido una considerable suma de dinero y mucho tiempo dedicado en la compra y distribución de los medicamentos, pero ¡ha valido la pena, por ver recobrar la salud a los niños!

miércoles, 22 de abril de 2009

"Ha sido un viaje irrepetible"

Pedro Luis es un joven empresario de Lodosa (Navarra), conocido entre los agustinos recoletos como "el sobrino de la Corpus". Pedro Luis acompañó "a la tía" en el reciente viaje a Brasil, visitando Amazonas y Fortaleza. Así como ya hizo Corpus, también él quiere dejar constancia en nuestro blog de su experiencia en esta grande urbe de rascacielos y favelas. Según nos cuenta, las imágenes de miseria e indefensión de los niños se grabaron hondamente en su corazón. ¡No es para menos! Esperamos que Pedro Luis y otros jóvenes puedan compañarnos en este empeño de llevar la Vida de Cristo a los más indefensos.

"En cada uno de los sitios en que estuvimos, fuimos acogidos como en nuestra propia casa. Por una parte me invadía la tristeza por toda la miseria y la pobreza que nos rodeaba, pero por otra, resultaba muy gratificante y nos llenaba de alegría ver como la gente nos recibía con la mejor de sus sonrisas ofreciéndonos todo su cariño.

Una de las cosas que más me impactó fue visitar a los leprosos, se me encogió el alma. Otra cosa que me sorprendió fue la resinación de la gente y la forma en que asumen esa enorme pobreza, aunque conforme iban pasando los días, comprendí que los recursos son tan limitados que resulta muy difícil el salir adelante. Una de las preguntas que me formulaba continuamente era, que sería de gran parte de esas personas sin el trabajo realizado por los misioneros y la ayuda económica que ellos reciben.

La ultima parte de nuestro viaje fue a Fortaleza donde creíamos que encontraríamos una ciudad con recursos y posibilidades económicas pero resultó que fue donde encontramos los mayores ejemplos de miseria, pobreza y sobre todo de prostitución. Uno de los días, en fortaleza estuvimos en el Sopón, la sopa que se reparte para dar de comer a los niños y gente sin recursos. Muchas veces nos quejamos de cosas, tan sumamente superficiales que no nos damos cuenta de lo que tenemos, a ellos se les ve enormemente felices con el simple hecho de haber conseguido la comida para ese día.


Creo que además de toda la ayuda económica destinada para casas y alimentación, una partida muy importante es la destinada a la educación, para que las nuevas generaciones no vivan con tanta miseria y pobreza y sean capaces de salir adelante y luchar por una situación mejor".

lunes, 13 de abril de 2009

Feliz Pascua 2009


"La belleza no es otra cosa que la caridad;
la caridad no es otra cosa que la vida.
Así pues, para vivir, ama"
(San Agustín, Sermón 365)

sábado, 11 de abril de 2009

500 niños/as son crucificados en las calles de Fortaleza












El pasado día 8 de abril, miércoles santo, más de 300 niños y adolescentes cargaron sus cruces de madera y ocuparon la turística “Beira mar”. El acto congregó un buen número de ONGs que pretendían alertarnos de la dramática situación que viven los niños y adolescentes moradores de las calles de las grandes ciudades de Brasil.

Según los organizadores del evento más de 500 niños viven en las calles de Fortaleza, explorados, mendigando, robando… Más del 65% son consumidores de drogas, lo que hace muy difícil la tarea de los educadores de calle y de los centros de día y los albergues.

El gesto quiso simbolizar cómo la sociedad crucifica a los niños, relegándolos a la miseria y clavándolos a un presente cruel del que no se pueden libertar. Cada niño cargó su crucecita y al final todas esas cruces fueron clavadas en la arena del paseo marítimo en señal de protesta y rebeldía al abandono social. El gesto fue repetido en otras muchas ciudades de Brasil haciéndolo coincidir con el lanzamiento de la campaña “Criança nao é de rua” (Niño no es de la calle). Se reivindicaron políticas públicas efectivas, y no sólo palabras; recursos para la prevención, calidad en la enseñanza, salud… y apoyo financiero y gubernamental para las ONGs.
El Hogar Santa Mónica no quería perder un momento como este y nos hicimos presentes en el acto, junto con entidades amigas como la Casa del Menor San Miguel Arcángel del CEU, la Asociación Pequeño Nazareno, la FUNCE, la Aquitabuara de la Barra del Ceará, etc.
El acto terminó de manera emotiva con la lectura por parte de un niño de la calle de un manifiesto. En él se pedía respeto a los derechos de los niños y medidas de actuación concretas para el número creciente de niños que en las calles sufren violencia y miseria.
El Hogar Santa Mónica no atiende directamente “niños de la calle”, sino “niños/as en situación de extrema pobreza y vulnerabilidad. Todavía no nos encontramos con “fuerzas” para acompañar estos niños/as en los terminales de autobuses y en las peligrosas plazas de la ciudad. Seguro que, cuando la primera casa de abrigo esté lista, algunas de sus moradoras serán menores de edad salidas de la calle. Podremos aportar entonces nuestro granito de arena para paliar la grave situación de estos más de 500 niños/as que en nuestra “Bela Fortaleza” cargan con la cruz de cada día en busca de un poco de alivio a tantos sufriemientos.

jueves, 9 de abril de 2009

Cuatro millones y medio de cearenses viven en la pobreza












Casi un millón de cearenses se encuentra en condición de extrema pobreza. No, no se trata de la condición de la población de algún país africano, y sí del 11,86% de los habitantes del estado de Ceará (Brasil).

En el Estado de Ceará 991.120 personas sobreviven con 1/8 del salario mínimo por mes (R$ 60,00 = € 20,00). Son alarmantes, también, el total de individuos que viven en la miseria (renta per cápita de 1/4 del salario mínimo: R$ 120,00 = € 40,00 / 26,37% de la población / 2,2 millones de personas) y en la pobreza (1/2 piso salarial = 52% del total / 4,3 millones), en todo el territorio cearense. “Esa situación de extrema indigencia en el Estado, nos humilla, como sociedad. Imaginábamos que los números eran alarmantes, pero no tan monumentales”, resume Flávio Ataliba, responsable del estudio.
El problema existe, no se puede negar. Pero, como hacer, o mejor, cuánto invertir para erradicar la extrema indigencia en el Ceará? Para los investigadores, el coste total de renta a ser transferida para acabar con la indigencia en el Ceará aún es utópico: R$ 1,194 billón por año. Pero este montante es prácticamente inviable. Sin embargo, para acabar con la extrema indigencia, los investigadores llegan a un valor factible. Bastaría que el Fondo Estadual de Combate a la Pobreza (Fecop) invirtiera en la erradicación de esta plaga un montante aproximado de R$ 284,1 millones por año. “Hoy, el dinero es pulverizado en proyectos puntuales.
Con el diagnóstico de la situación de la extrema indigencia, es posible alcanzar mejores resultados”. Por eso, el LEP coloca a la disposición su Instituto de Desarrollo Económico, Social y de Políticas Públicas (Idespp), capaz de asesorar técnicamente a los agentes implicados para formular políticas públicas factibles. Dialogar con los bancos públicos, entidades de investigación y con los gestores municipales puede ser el inicio de esta política. “El gobierno estatal no puede negarse a dirigir este proceso, pero la responsabilidad tiene que ser compartida, con ayuntamientos, organizaciones no gubernamentales, entidades representativas de clase, federaciones, entre otros”, defiende el coordinador del LEP. Para él, es preciso invertir en las personas, facilitar el acceso al crédito y fomentar pequeñas proyectos productivos locales (APLs).

El estudio muestra también que la situación de indigencia en el Ceará ya fue peor. En 1995, por lo menos 1,28 millón de habitantes vivían con sólo 1/4 del salario mensual. El número representaba 19,04% del total de la población cearense de la época. “Entre 1995 y 2007, la extrema indigencia disminuyó un 22,70% en el Estado. Eso representa un contingente de 291.100 personas saliendo de esta condición en 12 años”.
Los investigadores resaltan que las personas salieron de esta condición de pobreza por cuenta de la propia dinámica de la economía y del reajuste del salario mínimo”. Señalan también la importancia de algunos factores claves para este crecimiento como el proyecto “Bolsa familia”.El problema, según ellos, es que el Estado no ha conseguido reducir la extrema indigencia a la velocidad que se esperaba. “En términos absolutos, en 1995 el Ceará era el cuarto estado de Brasil con mayor número de personas. Hoy, es el tercero en la lista, sólo detrás de Bahía (1,274 millón) y Maranhão (1,078 millón).
*Fotografías tomadas de la realidad de la Barra de Ceará, donde el porcentaje de pobreza y miseria todavía es superior a la media presentada en este estudio.
Para leer la noticia íntegra: http://diariodonordeste.globo.com/materia.asp?codigo=628690

jueves, 2 de abril de 2009

Al otro lado del oceáno






















Madrid, España. Es éste un lugar de los que llaman del “primer mundo”. Y a veces me pregunto: ¿primer mundo en qué?, ¿en la avaricia que nos conduce poco a poco a la ruina de la crisis mundial?,¿o quizás somos los primeros en explotar a otros países?...


Fortaleza, Brasil. ¿En qué “mundo” se encuentra? Difícil de definir. Antes, cuando pensaba en este país, me lo imaginaba en buena medida rico y próspero. De unos años a esta parte, he descubierto hasta qué punto éste es uno de los países de mayores contrastes del mundo. Cómo un buen número de sus habitantes viven en un primer mundo de "bienestar", y cómo unos cuantos millones viven en un mundo que es el tercero (porque no existe el cuarto).





















Desde hace un tiempo, el océano que separa las dos ciudades se empezó a hacer más pequeño. Primero Inés y después Alberto, nos acercaron un poco más a esta tierra a la que habrían de viajar para cumplir con “su misión”. Así, hace ahora casi cuatro años, que empezamos a conocer más de cerca las realidades más profundas de la ciudad brasileña de Fortaleza, cuando surgió el germen de un pequeño grupo de apoyo en Getafe, que no tardó en verse reflejado en personas individuales o pequeños grupos de otros lugares. De esta manera, surgió el interrogante de saber porqué unas niñas/os se ven conducidos a los oficios y explotaciones más cruentos, y en el camino apareció un montón de información que hasta entonces parecía oculta. Una injusticia conduce a otra injusticia, hasta que todo puede tener cabida, llámese en último término explotación sexual, tráfico de drogas o bandas callejeras. Un montón de hechos que apenas hace falta juntar para saber que todo está conectado. Y antes de que hubieran puesto un pie allá, ya existía un “algo” dentro de nosotros que marcaba un firme voluntad de apoyar, en espíritu y en acción, lo que se pretendiera hacer en favor de los pequeños/as olvidados de Fortaleza.





Los “enviados” fueron llegando, topándose con la realidad más hiriente que nadie les pudo explicar bien con palabras, y aún con las mismas herramientas limitadas del lenguaje, nos transmitieron una inquietud, profunda hasta llegar a doler. Palabras que duelen reflejan realidades inmensamente más duras, difíciles de comprender para los que no estamos allá. Y cada vez el convencimiento más fuerte en nosotros de que algo tenía que cambiar, para que al menos el futuro de unos cuantos niños y jóvenes (especialmente chicas), y su papel en la sociedad fuera diferente. Nuestra atención se centró desde el principio en ese sector de la población más desprotegido: las mujeres, niñas o jóvenes, que padecían los efectos del empobrecimiento de la manera más cruel, la resignación a la explotación y el sometimiento, por y para el hombre, como medio para sobrevivir. Hoy ese centro, ese hogar para ellas, que desde el principio estuvo en la cabeza de nuestros amigos recoletos y, casi parece que antes, en nuestros corazones, es una realidad. Tal y como Alberto nos cuenta, paso tras paso, a través de este medio , el "Lar Santa Mónica" ya ha echado a andar. Ha sido un camino largo (y lo que quedará), pero nunca tendremos la sensación de que no ha merecido la pena. Al pensar en que cada casa construida supondrá después de unos pocos años cerca de un centenar de nuevas oportunidades para quien ya no esperaba encontrarlas, no podemos pensar en que no valga la pena.

Es habitual pensar que nuestra labor no soluciona nada, que se trata de parches, que hay que hacer cambios profundos. No soy un iluso y sé que la injusticia está enraizada en lo más profundo de nuestra sociedad, no puedo dejar de ser consciente de ello, pero mientras, no soy capaz de quedarme de brazos cruzados. Mientras pienso en cómo hacer que esto cambie para miles o para millones de personas, y exijo responsabilidades, no puedo dejar de hacer que, al menos aquellas pocas que estén en mi mano, cuenten con algo mejor.

Quizá muchos recordéis la historia de Francisca. Es la experiencia suya la de otras muchas mujeres que se han visto maltratas en la vida y finalmente desprovistas de cualquier oportunidad. Algunas de ellas pasaron hace mucho la juventud más floreciente sin contar con algo como el hogar Santa Mónica, en ocasiones con largas historias de abuso como aquellas con las que tratará el centro; pero no quiere decir que el tren ya haya pasado de largo para ellas. Para unas cuantas personas, la elaboración de artesanía (como muñecos, pulseras, adornos, etc.) es un modo de recibir una ayuda económica muy necesaria, pero al mismo tiempo se trata de mucho más que éso: es una forma de proporcionar un aliciente nuevo para estas personas, es un pago justo por un trabajo (no es una limosna), y participan a la vez indirectamente en un trabajo muy importante, que es proporcionar un medio para dar difusión al trabajo del centro con la población menor. Toda esta artesanía es utilizada por la gente que colaboramos desde España para realizar campañas fundamentalmente de sensibilización
sobre la labor del Lar, pero que además implica, cerrando esta suerte de círculo, el justo pago a las familias que lo trabajan. De esta manera, estas líneas se escribieron con excusa de la campaña con artesanía que se hizo este mes pasado (cuyas imágenes podéis ver), lo que me ha inspirado para contaros nuestro pequeño trabajo desde aquí, y sobretodo la motivación que se encuentra detrás.






Este proyecto compartido es una pequeña ayuda al desarrollo, sí, pero al mismo tiempo y sobretodo es una suerte de comunión profunda entre personas, las de aquí y las de allí. Muchos en estos años hemos ido cambiando de aires, del lugar donde vivimos, el ambiente en el que nos movemos y compartimos, y sin embargo mantenemos un vínculo del que aportamos y recibimos Esperanza, que nos mantiene unidos y que, en cierta manera, hace que conservemos cosas que de otra manera habríamos perdido ya.



Espero haber sabido expresar no sólo mi sentimiento, sino, sobretodo, el de todos los amig@s que desde aquí colaboran, de entre los cuales yo soy tan sólo uno más.

Un abrazo muy grande y muchas gracias a todos los que participáis de esta ilusión. A los representantes misionales y coordinadores de juventud de la provincia, Y especialmente gracias a toda la gente que en Fortaleza está luchando por esto, porque hacen posible que veamos que nuestra vida no está vacía y queda mucho por lo que pelear.

Gracias especialmente a P. Javier, capellán de Jesús y San Martín, que ha facilitado esta campaña y a todos los que lo han facilitado en otras ocasiones.


Un abrazo. Hasta muy pronto!

- Héctor Murcia -



Fotos:
  • 1. Jesús y San Martín, lugar donde se celebró la última campaña
  • 2. Mesa de exposición con artesanía e información
  • 3. Detalles de la mesa
  • 4. Más Detalles de la mesa
  • 5. Algunos amigos habituales (de izqda. a drcha.): Rosi, Lucía, Pepita, Héctor y Mariví
  • 6. Se puede ver entre otros a Pepita, Lucía y Rosi, explicando los detalles a las primeras personas que iban llegando
  • 7. En uno de los momentos de mayor concurrencia, se puede intuir a Pepita, Danisan y Lucía
  • 8. Rosi, Danisan y Lucía
  • 9. P. Javier en el centro, junto a Mariví, Pepita, Lucía y Rosi